El amor es un sentimiento que nace, pero se debe tener capacidad para demostrarlo y a la vez para recibir el que nos ofrecen los demás. En esto el papel de los padres es fundamental, pues…
La capacidad de amar se enseña desde que nacemos, ya que el niño interioriza el cariño y luego reproduce lo que él ha recibido.
Y así es, las relaciones afectivas de nuestros hijos dependen de nuestra enseñanza en ese campo.
Observemos a nuestros hijos jugar con sus muñecos, relacionarse con otros niños, y podremos aprender mucho sobre ello. Como nuestros hijos se desenvuelven en su día a día enseña mucho sobre las relaciones que tiene con sus padres, sus maestros, las personas más cercanas a ellos. Para bien o para mal con nuestros actos diarios, nuestra forma de reaccionar ante los acontecimientos, y frente la atenta mirada de nuestros niños, formamos una manera de ser en ellos.
