Con motivo de la pregunta que realicé a través de Facebook ¿Crees que los niños si se sienten bien, no se portan mal?, he decidido escribir esta entrada a mi blog VALORAR para EDUCAR.
Existen muchas razones por las que los niños se comportan mal. Por ejemplo cuando tienen hambre, tienen sueño, necesitan atención…Puede resultar complicado estar bien con un niño que se comporta mal, pues un niño que está cansado puede ser caprichoso, un niño con hambre puede estar irritable, un niño con sueño puede ser quisquilloso, y un niño enfermo puede estar molesto. Comprender el mal comportamiento de un niño es un aspecto muy importante para ser un padre eficaz. Párate a conocer a tus hijos y percibirás las señales que estos te proporcionan para poder comprenderlos.
Debemos de recordar que siempre hay una razón para un mal comportamiento. Un padre puede manejar un mal comportamiento de un hijo de forma más eficaz cuando comprende que es lo que lo está causando. Cuándo tu hijo se comporte mal, pregúntate POR QUÉ puede estar ocurriendo, no te enfades, grites, y mucho menos le digas a tu hijo lo malo que es por hacer lo que hace.
Creo firmemente que los niños y niñas NO se portan mal por naturaleza, SIno por aprendizaje. “Yo no soy malo a mi es que me dibujaron así”, decía el personaje de una serie de dibujos animados. Del mismo modo un niño o una niña no son malos si no que, en ocasiones, aprenden comportamientos inadecuados en la convivencia familiar y/o escolar.
Todos los niños necesitan una serie de pautas en su vida que le proporcionen seguridad, los niños necesitan hábitos, límites (no castigos), la coherencia entre sus padres y educadores, afecto y amor… Como padre preocúpate de estos aspectos y tendrás bastante garantizado el buen comportamiento de tus hijos. Pues es más probable que los niños que se sienten seguros y queridos por sus padres u otros adultos importantes en su vida actúen de la forma en que éstos esperan y desean que actúen.
Cuando los niños se comportan mal debido a que están cansados o agotados, los padres deberíamos plantearnos cambiar sus hábitos de sueño o sus hábitos de alimentación para cambiar el nivel de actuación del niño, y por tanto su mal comportamiento.
Si el mal comportamiento de tus hijos, es resultado de falta de confianza, como padre puedes utilizar más palabras positivas y de ánimo y menos palabras negativas. ¡Cree en él!, necesita más que nada tu apoyo.
No pienses que tus hijos son su mal comportamiento. Tus hijos son también muchos aspectos positivos que debes recordar y reconocerles. Cuando hagan algo mal y les regañes, diles lo mucho que le quieres primero. Que sepan que los quieres, pero que no te gusta la acción que han hecho mal. Con palabras de AMOR es más fácil que estén predispuestos a hacer las cosas bien.Pues generalmente los niños desean complacer a sus padres, y sin una relación de amor, los niños tienen pocos o ningún motivo para comportarse de forma aceptable, salvo para evitar un castigo.
Muchos padres esperan que sus hijos se comporten como adultos y es más que probable que se sientan defraudados. Un niño es niño solamente por un breve periodo de tiempo. Quiere y valora a tus hijos tal y como son, aunque por su naturaleza de niño sea en ocasiones ruidosos, curiosos, enérgicos, sucios…
Está claro que los niños necesitan atenciones, y muchas veces se piensa que los hijos las tienen cubiertas al proporcionarles una casa, comida y juguetes, que en su justa medida son necesarias. Pero debemos recordar que los niños necesitan sentirse queridos y apoyados, seguros, necesitan pasar tiempo con sus padres, y tiempo de calidad.
Cuando estés con tus hijos has de hacerlo 100%, ellos perciben si disfrutas de su compañía o si por el contrario estás por estar a su lado esperando que pase el tiempo.
Por otro lado, de nada sirve pasar mucho tiempo con tu hijo, si sólo le prestas atención de verdad cuando quieres que coma o duerma… Si ocurre esto, el niño tenderá a alargar más y más la comida, porque sabrá que estarás a su lado. Y eso es lo que quiere, tu atención y cercanía.
Los niños necesitan la atención de los adultos que tiene cercanos, y llegan a la conclusión de que los adultos prácticamente solo les prestan atención cuando hacen lo que ellos saben que los adultos no quieren que hagan. Quizás los niños saben mucho mejor que sus padres lo que está bien y lo que está mal (y lo aprenden desde muy pequeños), pero muchas veces pagan el precio de hacer las cosas mal pera recibir la atención de sus padres.
No te quedes siempre con lo mal que se porta tu hijo, REFLEXIONA y PIENSA también que puedes estar haciendo mal tu como padre. Nuestros hijos en gran medida son el resultado de todo lo que somos como padres y que estamos dispuestos a aportarles. ¡Involucremosnos en su desarrollo!, somos importantes para ellos.
