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10 señales que hablan de que tu hijo necesita otro tipo de educación

Muchos padres no se dan cuenta de que la educación ha cambiado drásticamente desde que ellos fueron a la escuela. Las aulas solían ser menos multitudinarias, los índices de abandono eran menores, la violencia escolar casi no existía, los maestros no tenían miedo de expresar afecto a los estudiantes ni de discutir asuntos éticos y morales con ellos. Por supuesto que no por eso las escuelas eran perfectas, pero al menos los maestros y directivos conocían a cada estudiante por el nombre, algo cada vez más raro en nuestros días.

Como el SISTEMA EDUCATIVO se ha deteriorado considerablemente, muchos padres, maestros y personas en general han tomado la iniciativa para crear escuelas alternativas, tanto públicas como privadas. CREEMOS QUE ES IMPORTANTE QUE TODAS LAS FAMILIAS SEPAN QUE ESTAS ALTERNATIVAS EXISTEN.. Entonces, ¿cómo darse cuenta de que es la hora de un abordaje diferente para la educación de tus hijos? Aquí resumimos algunas de las “señales”:

1. Tu hij@ dice que odia la escuela.
Probablemente algo está mal en la escuela. Los niños son aprendices naturales, es difícil pedirles que no aprendan. Si dice que odia la escuela, ESCÚCHALO.

2. A tu hij@ le resulta difícil mirar a un adulto a los ojos o interactuar con niños menores o mayores que él.
Es probable que tu hij@ se haya acostumbrado a “socializar” sólo con niños de su edad –una práctica muy común en la mayoría de las escuelas- y puede estar perdiendo la habilidad de relacionarse con un rango de personas más amplio, tanto adultos como niños.

3. Tu hij@ está obsesionado con la ropa de marca o de moda para ir a la escuela.
Es un síntoma de que en la escuela predominan los valores externos más que los internos. Así, los chicos priorizan la comparación y la aceptación sobre otros valores menos superficiales.

4. Tu hij@ vuelve de la escuela cansado e irritable.
Aunque todos los niños pueden tener un día difícil en la escuela, cuando el cansancio y la irritabilidad persisten, son síntomas de que su experiencia educativa no es energizante sino más bien desmoralizadora.

5. Tu hij@ vuelve a casa quejándose de los conflictos o “injusticias” que ha vivido en la escuela.
Esto puede significar que la escuela no tiene una filosofía de abordaje del conflicto y la comunicación centrada en los niños. Muchas escuelas resuelven los conflictos de forma rápida y a la manera de los adultos, dejando a los niños sin la posibilidad de atravesar el proceso emocional y discutir su situación en ese momento.

6. Tu hij@ perdió el interés en la expresión creativa a través del arte, la música o la danza.
En las escuelas tradicionales, las áreas creativas suelen ser consideradas menores a las “académicas” y no son incentivadas. En algunos casos estas materias ni siquiera se ofrecen, algo que debilita y en algunos casos anula el talento natural de los niños para expresarse.

7. Tu hij@ dejó de leer, escribir o interesarse en algo sólo por diversión. También invierte sólo el tiempo mínimo indispensable para hacer la tarea.
Esto suele ser un signo de que las actividades espontáneas y la autonomía estudiantil no son valoradas en la escuela. Los niños tienen una facilidad natural para dirigir su propio proceso de aprendizaje, y, sin embargo las evaluaciones estandarizadas limitan la posibilidad de los maestros de estimular y nutrir el aprendizaje autónomo. El resultado puede ser el aumento de la apatía hacia temas que solían interesarle y la pérdida de creatividad.

8. Tu hijo posterga la tarea hasta el último minuto.
Es una señal de que las tareas no están de acuerdo con sus necesidades. Suelen ser actividades para llenar el tiempo o de memorización que terminan sofocando su curiosidad natural.

9. Tu hijo@ nunca o casi nunca te cuenta algo emocionante que le haya ocurrido en la escuela.
Entonces seguramente la escuela no le resulta divertida. ¿Te has preguntado por qué la escuela –y la educación en general- no puede ser divertida, vibrante y un lugar de verdadera participación?

10. El consejero o psicopedagogo escolar sugiere que tu hijo puede tener una enfermedad como el ADHD y recomienda administrar medicamentos para regular la conducta.
CUIDADO con estos diagnósticos: ten en cuenta que la currícula escolar de nuestros días está basada en el control de la conducta. Si la necesidad de tomar exámenes limita la posibilidad de un maestro para interesar a los niños; si los niños son desalentados a seguir sus propias pasiones; si se espera que estén entre 5 y 6 horas diarias sentados, con poca atención personalizada y posibilidades de interacción, entonces es la escuela la que está enferma. La enfermedad se llama EDD –Educational Déficit Disorder o Desorden de Déficit Educacional- y puede ser la hora de sacar a tu hij@ de esa situación.

Traducción propia de la página web http://www.educationrevolution.org/blog/ten-signs-you-need-something-new/ Autora: Dolores Bulit; Fuente: Tierra fértil

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